Tras empezar a recorrer el camino del autocuidado es posible que nos encontremos con momentos fáciles, algunos otros más difíciles, subidas y bajadas; a veces llanuras y a veces obstáculos que parecen insuperables. En estos momentos es cuando más debemos preguntarnos que es lo que debemos empacar, que nos podrá ayudar a superar las adversidades del camino, ¿las amistades, el entusiasmo, la energía y la motivación? O ¿el estrés, la ansiedad y la desesperación?
El camino del autocuidado, como todo camino, como la vida, tendrá estos momentos, estos pasos estrechos, estos obstáculos a veces fácilmente superables, otras veces muy difíciles de sobrepasar. Ante estas circunstancias debemos pensar bien a quien escuchar, que empacar, que hacer. La ansiedad suele ser de los consejeros más escuchados y de los más peligrosos, pensemos quien es esa ansiedad para nosotros, que nos dice todo el tiempo que no podemos y que no debemos cuidarnos. Cuando más nos grita la ansiedad, o la desesperanza o cualquier monstruo que quiere evitar que sigamos, cualquier obstáculo que quiera detenernos, es cuando más debemos aprovechar eso que hemos empacado, cuando más atención le debemos poner al entusiasmo, al esfuerzo, a esos buenos acompañantes que no te dicen que no puedes, sino que te dan una mano para levantarte y seguir.
Los invitamos a seguir este camino, a pensar profundamente quien merece ser escuchado y quien ignorado. A aprovechar todo lo que han empacado en la maleta, y no dejar nunca de caminar por este camino del autocuidado.
Comments