La Enfermedad de Parkinson (EP), produce alteraciones físicas, psicológicas y sociales no solo en las personas que tienen la enfermedad sino en los familiares cercanos y en quienes cumplen con el rol de cuidadores. Es por ello, que es importante conocer elementos que pueden contribuir a proteger la salud psicológica y social de quienes deben convivir con la EP (pacientes, familiares, cuidadores).
Un estudio realizado por Zaragoza et al. (2014) encontró que algunos de los elementos claves en la convivencia con la EP, que son fundamentales en pacientes, familiares y cuidadores, son:
- La aceptación: proceso en el que la persona reconoce su realidad y la asume.
- La adaptación: que se da cuando las personas aprenden a vivir con la enfermedad, a asimilarla.
- El automanejo: relacionado con la capacidad de gestionar y manejar los síntomas y consecuencias de la enfermedad con soluciones e iniciativas que permitan tener una buena calidad de vida.
De acuerdo a como las personas realicen los procesos de aceptación, adaptación y automanejo de la enfermedad, se genera uno de dos tipos posibles de convivencia con la EP:
- Convivencia positiva: forma de convivir y llevar la enfermedad caracterizada por sentimientos de armonía y equilibrio, actitud positiva frente a los cambios requeridos a causa de la EP y naturalidad en la manera de llevar las limitaciones.
- Convivencia negativa: caracterizada por sentimientos de frustración, pérdida de control y autoestima como consecuencia de las limitaciones de la enfermedad.
De acuerdo a lo anterior, el estudio reveló que quienes logran una mejor aceptación, adaptación y automanejo en la EP y por tanto una convivencia positiva con la enfermedad, son personas que tienen respuestas de afrontamiento activas: buscan información, así como soluciones a los problemas que se presentan y también apoyo social.
Por lo anterior, es importante que los pacientes, los familiares y los cuidadores que deben convivir con la EP busquen la información y ayuda necesaria para conocer la enfermedad, pero además potencializar los recursos que tienen de afrontamiento (a través de grupos, comunidades, psicoterapias, etc) con el fin de mejorar la calidad de vida en relación con las consecuencias que genera la enfermedad a nivel psicológico y social.
Fuente:
Zaragoza Salcedo, A., Senosiain García, J., Riverol Fernández, M., Anaut Bravo, S., Díaz de Cerio Ayesa, S., Ursúa Sesma, M., & Portillo, M. (2014). Elementos clave en el proceso de convivencia con la enfermedad de Parkinson de pacientes y familiares cuidadores. An. Sist. Sanit. Navar. , 69-80.
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